en el Hollywood Fight Club Theater de Hollywood. Fue una buena
experiencia, tanto actoral como directoral (no dirigí pero aprendí
mucho de lo que hacer y no hacer como director). La gente muy maja y
comprometida salvo una niñata que casi nos amarga la representación.
Una modelo con aires de grandeza que, como no aterrice pronto, va a
recibir más ostias que el pandero de la Banda del Mirlitón.
La obra en sí se preparó rápido y tuvo bastantes lagunas, pero es lo
que es, y yo me quedé muy contento de mi trabajo. Mi personaje era
Peter, un señor mayor, alcohólico, con buen corazón y triste por la
muerte de su hija, pero con unas ganas de marcha y energía vital
incombustibles.
Aquí va una foto de la post-función. Yo soy el galán sentado con
sombrero. Se percibe la máquina actoral a simple vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario