Así se titula la ópera cómica de Rossini que vi en la Metropolitan el
otro día. Asiento de pie en la trasera de la platea a 32 dolarinis (en
la Opera de Viena 4 euros; viva Europa). Pero si comparamos con los
300 y pico que cuesta la platea sentada, un regalo vamos. Y la obra
fenomenal. Tenorizaba el peruano Juan Diego Flórez, magnífico, y la
soprano Pretty Yende, de Sudáfrica. Enorme y hermosísima. Gran, gran
performance. Muy graciosa y con una escenografía tremendamente viva.
Gozadón.
A ver si puedo acercarme otro día a ver Rigoletto.
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