Tener un blog privado es que uno se siente sin presión de quedar bien o de ser el más lacerante, agudo, inteligente y tal. Da la impresión de que mucha peña, cuando se poner a las redes sociales, se pone en la tesitura de dar lo mejor, aunque eso signifique ser muy cutre, for example. Es decir, que hay twiteradas o feisbukins cuyo mérito estriba en la vulgaridad, lo que presumiblemente hace feliz al posteador y a sus seguidores. Como este blog no lee nidios, aparte de algún despistado, pues me siento liberado para decir cualquier cosa que se me ocurra. Pero a lo que iba: que lo mejor de tener un blog así, privadillo, es que me anoto mis notas para el libro que algún día escribiré sin tener que manchar papel, cosa muy ecológica y, además, astuta porque tal y como tengo la cabeza, seguro que se olvidaría donde escribí esta o aquella entrada, mientras con el bloj me acerco a él y allí está todo. Además acampaño el testamen con fotos, que está muy bien porque me ayuda a recordar. En fin, pues eso, que muy bien lo del bloguerío éste.
Ah, y de paso, ayer fue el día de acción de gracias (Thanksgiving) y cené en casa de la familia de mi amigo Jesús. Muy bien la cena (ya hubiera pillado unas sobras hoy al mediodía, ya) y la conversación, cosas ambas a las que uno no está muy acostumbrado, muy a mi pesar. Como colofón vimos todos reunidos "Luces de la ciudad". Tres generaciones viendo la obra maestra: me reí muchísimo. Un genio Mr. Chaplin. Un verdadero genio. Chapeau. Bonito día.
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