relativamente próximo (o sea, antes de mi "jubilación"). Escenas como
las que he visto estos días en Los Ángeles me demuestran que el fútbol
ha calado en este país. Y con 300 millones de habitantes, el influjo
constante de gente de países futboleros —sudamericanos y africanos—los
recursos que tienen y la capacidad de generar maquinarias (civiles) de
éxito cuando se lo proponen, no tengo duda de que las finales llegarán
para este país.
Había que ver a la gente en las aceras en pleno Los Angeles, viendo el
partido contra Ghana a través del cristal del abarrotado Dillon's Pub
en el corazón de Hollywood (and Vine); o el ESPN Bar del Staples
Center totalmente vallado para controlar la afluencia de clientes para
el Argentina-México. O el Teatro Montalbán atestado de gente (que
habían pagado entrada) para ver también el Ghana-USA. Y no quiero
pensar cómo estaría el Lucky Baldwins en Pasadena para ver el
Inglaterra-Alemania (yo no estaba: las 7 de la mañana es demasiado
pronto para liarme con el coche y la autopista hasta Pasadena, aunque
sean sólo 15 minutos. Además, una vez en el pub toca tragar cerveza, y
a las 7...).
Para ver el envite azteco-gaucho me fui al Buen Chapín, un antrillo
guatemalteco en Highland Park donde se concentró un buen grupo de
mexicanos, centroamericanos y algún gringo perdido forofo de
Argentina. Tienen unos burritos y unos platos hondureños muy ricos,
aunque esta vez me conformé con café y bollo. Una pena lo de México. A
pesar del gol en fuera de juego, perdieron la concentración y los
argentinos se los merendaron. Fue un palo, pero si quieren avanzar
contra equipos del poderío de los albiazules, hay que estar centrados,
aunque el árbitro te la líe (y una pena, porque a mi el referí
italiano Rosetti me gusta bastante).
Y un comentario sobre los comentaristas. Estoy siguiendo el mundial
sobre todo por ESPN (Inglés) y la diferencia con los comentarios en
España es abismal. Los comentaristas de ESPN, no todos, pero sí una
gran mayoría son inteligentes, precisos, mesurados, relativamente
objetivos, concretos y, en ocasiones, hasta poéticos. Todos sabemos
cómo son los comentarios en España. Y eso que no está José Ángel de la
Casa, que era de lo peor. Para comentar, televisar o radiar un deporte
no basta con haberlo jugado (a veces incluso ayudar no haberlo hecho),
ni con presumir de conocerlo. Hay que saber hablar, tener dominio del
idioma, de la oratoria precisa, del juego, de las reglas, del tiempo
televisivo, ser inteligente, ser periodista, no forofo, conocimiento
de AMBOS equipos, no sólo del que nos gusta, o del grande y un poco de
creatividad literaria para saber narrar los momentos sublimes de este
deporte: (La vida puede ser maravillosa fue una hermosa frase de un
locutor emblemático en España —Andrés Montes— pero acabó
convirtiéndose en una coletilla repetitiva y banal para cubrir sus
deficiencias futboleras. En el basket era mucho mejor).
Ahora a por el Chile-Brasil. Puede pasar cualquier cosa. Sigo pensando
que este Mundial lo va a ganar algún equipo no habitual. Por lo menos
creo que veremos a algún outsider en las semifinales (Ghana/Uruguay,
Japón, España, Holanda o Chile). Y sí, España es un outsider. Basta
con ver cómo menosprecian a esta selección en los corros futboleros.
Mientras encandilaba, bien pero cuando empezó a jugar con lija en vez
de paño se cayó del pedestal. Creo que les puede venir bien para que
vuelvan a dar lo mejor.
El Mundial de Fútbol. Qué maravilloso espectáculo.
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