Ayer noche de San Juan. Nos reunimos en casa de Jesús; unas velas,
antorchas. Hicimos fuego en el jardín, un poco de comida y bebida,
acordeón de Oscar y conversación. Noche estrellada en Highland Park.
Luna creciente, hermosa, brillante. Aquí, colonizando Los Ángeles otra
vez con estas tradiciones europeas paganas. Por cierto, aquí sigue
existiendo el Camino Real, igual que por allí. Legado de la común
Corona allende el tiempo.
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