jueves, 12 de agosto de 2010

EL CHÓFER CONDUCE, LA GENTE CALLA

El hombre de la bolsa sube al bus:

chaleco negro, barba de días,

mirada agresiva, pelo alborotado.


El hombre de la bolsa la arrastra

hasta el fondo
del urbano. La deja.

Se acerca al conductor. Paga.

Vuelve a la parte de atrás.

Me mira, se sienta.

Aunque no lo veo

escucho el dejar de raspar

de sus zapatos rotos.


"¡Le disparé en la boca!"

"¡Le di cuatro tiros al oficial del Vietcong!'


El hombre de la bolsa grita

desde el fondo del bus.
Sé que es él.


De todos modos, me giro y le miro.

Me mira. Silencio.

Los demás pasajeros miran
al frente. Ni parpadean.


"¡Y luego le trituré la cabeza
con la culata de mi rifle!"

"¡¡Le disparé en la boca!!"


El chófer conduce.

La gente calla.


Llego a mi destino. El bus para.

Me bajo.


El autobús ronca y se va.

El hombre de la bolsa mueve la boca.

Ya no oigo lo que dice.

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