domingo, 23 de diciembre de 2012

LA SEGUNDA DE MAHLER

Esta es la cara que se te queda después de escuchar la Segunda
Sinfonía de Mahler en directo en la Musikverein de Vienna. Un
concierto absolutamente espectacular, maravilloso.
El que no soy yo es mi amigo Gottfried.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Desde Viena, con calor

Calor, lo que se dice calor no hace por estos pagos. Salvo el que uno
puede llevar apelotonado en los bolsillos del chaquetón o, si nos
ponemos poéticos, entre pecho y espalda. (Una poesía un poco pedestre,
lo admito, pero en la cuna del psicoanálisis me da un poco de yuyu
interiorizar demasiado las reflexiones. Tomemos tierra, carne, hueso,
tendón o cartílago.

Y al hilo de este apéndice anatómico, recordar que Viena es también
tierra de Gustav Klimts y Egon Schieles, entre otros pintureros
maravillosos cuyos trabajos son puros tratados de anatomía, de
entender el cuerpo y malearlo (de maleable, no de malo) a base de unos
trazos y líneas profundamente psicológicas: ¡así que toma paradox!

Hermosa ciudad, Viena. Sería casi perfecta si la gente dejara de fumar
en las cafeterías. Es una lacra que aquí se mantiene pujante. En esto
los vascos —al menos los del Goierri—nos parecemos un poco a ellos: en
muchos bares de Zurretxu y Beasain se sigue permitiendo fumar, para
mayor gloria de las tabaqueras, futuros médicos especialistas del
pulmón y oncológicos varios. Ya se sabe: nada es perfecto. (Lo digo
por Viena; por lo nuestro...hay alguna cosilla más que tampoco anda
bien aparte de lo del fumar).

Pero volvamos a Viena. ¿Alguien por ahí sabe algo de Austria? Apuesto
a que no. Un país tranquilo, próspero, relativamente civil (aquí no
hay tornos de entrada al metro ni hay que pasar por caja al subir al
urbano; se asume que ya has comprado el billete (en esto también nos
parecemos a ellos), y con una tasa de paro alrededor del 5%, casi na.
Ah, Hitler era austriaco (hasta a la mejor familia le sale un borrón y
tal, como diría algún apolo-geta del gobierno hispano de turno al que
le toque escaquearse en un momento dado). Pero estosotrahistoria.

Viena mola.

domingo, 30 de septiembre de 2012

¿Dónde se fue Joan?

Buena pregunta. La última vez que la vi movía el trasero enfundado livianamente en un falda estampada con un poco de vuelo, pero no mucho, de esas que tanto evocan a poetas como yo. No la seguí, sino que volví a acabar mis huevos rancheros con tabasquillo. Ya se sabe que en sábado y en Brooklyn un buen brunch de huevos rancheros es una opción dandy. Ahora bien, lo que más me gusta del establecimiento de Ozzie es el café helado, pero hielo-helado, no frío-helado; café que te lo tienes que masticar, no beber. Delicioso. Y encima me coloca, así que fíjate tu qué barato y sano me sale el coloconcillo de cafeína. 

Pero no sigo por aquí porque esto es un paréntesis, y los paréntesis rebotan. Joan. Qué hermosa, Joan. Qué sexy. Qué cosa. Yo no la vi luego de girar la esquina, pero intuyo que entró en la tienda de Victoria Secret que hay en la 7a Avenida. Se la veía con clase, a  Joan. Además iba de compras porque llevaba una bolsita reluciente de zapatos de Begoshian, la zapatería armenia para ropa de bodas que hay en la 6a Avenida. Y viendo el terso y desujetado escote que lucía Joan y el sutil viaje a la rebelde braguilla que hizo su mano al levantarse de su mesa, a uno le cuadran estas cosas. Uno no es mujer, pero intuición no le falta, gracias a Dios; vivir una docena de años pasados entre Brooklyn y Queens con un stage en la formidablemente vulgar Long Island da para mucho. Y si encima somos observadores, pues ya ves, coctelazo intuitivo.

Cuando camino por el barrio busco con la mirada a Joan. Oteo las calles en busca de faldas estampadas y nucas frescas como la de Joan (¿no dije nada de la nuca? Me encantan las nucas, limpias, sensuales). Pues Joan también tenía una nuca hermosa, diáfana bajo el divertido corte de su corto pelo negro. Pero todavía no la he visto; o la he visto y no la he reconocido, porque estamos en otoño y la gente nos transformamos. Quién sabe si ahora lleva gabardina y pantalones; o se ha dejado crecer el pelo y la nuca se ocultó. Es probable, pero mis paseos son bastante divertidos. No es que sean "la pera" porque hay cosas mejores que ir por la vida buscando sin ton quimeras de carne y hueso con zapatos de boda de Begoshian y posible sujetador y bragas de Victoria Secret, cierto (aunque ahora que lo pienso....). En fin, tiene su punto. Quizás un día la vea y la reconozca. Y si voy con mi hijo no le diré nada, porque esas cosas no se dicen a los hijos; se guardan, como un pequeño tesoro, una pequeña perla. Porque en la vida hay que tener estas cosas, estos secretillos banales, estos misterios autoalimentados para aderezar y dar una cierta combustión a esas tardes esteparias que asolan en la mediana edad. Claro, que más combustión daría toparme con Joan y acariciarle la nuca con mis dedos. Esto son palabras mayores, porque la familia ata mucho, pero quién sabe. Estoy leyendo un libro de autoafirmación y dice que hay que mantenerse abierto a lo que ofrezca la vida. Así que si un día, por esos avatares inescrutables de la vida (el libro dixit), me topo con Joan y ésta acaba confesándome que le pica la nuca y me pide que se la arrasque con cariño, pues habrá que hacerlo. Que no está el asunto como para hacerse el remolón; cuando las quimeras llaman Ulises acude. Son otros tiempos, Homero.


martes, 18 de septiembre de 2012

Gernika bajo las bombas

La película. Se estrena el martes 25 en el Victoria Eugenia de
Donostia, dentro del Festival de Cine. En ella ejerzo de editor del
Times de Londres, cuando llega la noticia del bombardeo y deciden cómo tratar el acontecimiento. Pequeño pero interesante papel. Otro día hablaré sobre el doblaje y las soluciones técnicas del cine y la
televisión, algunas de ellas, bastante poco técnicas, por cierto.

Y ya que estoy en ello y he cogido carrerilla, hablaré de "Solo ante
el peligro"." High Noon", le dicen en inglés. Algo así como "A las 12
en punto", o "La hora del Ángelus", o "Campanadas a mediodía", o "Te
espera una ensalada de balas y tu mujer se larga en la diligencia de
las 12 en point, mira tú por dónde".

Sin embargo, curiosamente, en el caso de "High Noon", la traducción
del título me parece ejemplar. En lo literal, pero sobre todo en lo
conceptual. Porque el pobre Gary Cooper o GC está más sólo que la Una.
En realidad, la película tiene bastante más tomate de lo que parece
(la ex-amante, la esposa recién casada (Grace Kelly o GK)que huye,
pero no es porque no quiera morir con su marido cual típica pareja
practicante de ritos propios de la península india, no; es que es
quáquera, o sea, su religión aborrece las armas y la violencia. Por
otro lado, GC también aborrece la violencia, claro, pero en un último
servicio de dignidad, decide recuperar la estrella que ha dejado para
defender la justicia, aún a riesgo de morir. Interesante esquema de
valores, con frecuencia visto en el cine, y en la vida: el hombre, el
honor aún a costa de su muerte; la mujer la vida, aún a costa del supuesto honor. ¿Idelidad vs. Realidad? ¿Abstracción vs. Concreción? ¿Pájaro en mano vs. Ciento volando?
Es un tema a desarrollar.

Y volviendo al inicio, pues nada. Os invito a ver "Gernika bajo las
bombas" en el Victoria Eugenia o cuando la estrenen en la televisión,
que lo harán. No tengo ni idea de cuál ni cómo será el producto final,
pero espero que tenga honor. Y mucha vida.

lunes, 3 de septiembre de 2012

El mundo es un algoritmo



El mundo es un algoritmo. Llegó la matrix y se quedó.

¿Quién necesita lengua para hablar y materia gris para procesar-pensar? Aparentemente, nadie. Tenemos el algoritmo de Facebook, esa maravillosa herramienta que nos permite tener miles de amigos sin salir de casa. Amigos virtuales, o sea, no reales. Pero no importa, el algoritmo es cojonudo y mola mazo. Compren ustedes acciones de Facebook porque además de pulir al cero sus habilidades sociales le ayudarán a perder dinero. Eso sí, no puede culpar a nadie porque ya se sabe que cada uno construimos nuestra propia vida con nuestras decisiones; estamos en el mundo de la autoafirmación y la autosuficiencia, o sea que a apechugar. Además, el folleto de la salida a Bolsa del engendro feisbukiano ya informaba vagamente de que las inversiones en Bolsa conllevan un riesgo y se puede perder dinero, como en Bankia. Que se lo pregunten si no a mister De Rato, que tampoco sabía nada de la mierda de activos que tenía en el banquillo antes de ponerlos a jugar en la Liga Ibex 35. Menudo entrenador. Y eso que fue ministro de Economía y Director del Fondo Monetario Internacional. ¿En qué manos estamos?

En las de los algoritmos.

Porque resulta que ahora los algoritmos también rigen el mundo financiero, o sea nuestras vidas. Parece que la vida ha quedado reducida al tipo de interés y la prima de riesgo, que no la prima de Riego, que seguro que era más simpática que esta cosa que nos quieren meter por el bozal como si fuéramos primos. Lo peor no es que una horda de barbilampiños recién egresados de facultades de empresariales sobrevaloradas y jactanciosas y sus engolados jefes manejen los designios de Grecia, España, Italia —cualquier país que le ponga aceite de oliva a las ensaladas—, trasegando cada día billones de euros, dólares y demás divisas, sino que encima no tienen ni puta idea de lo que hacen. Decía hace poco un broker en The New York Times: "Algunos [brokers] se fijan en los modelos [matemáticos], sin hacerse ninguna pregunta". Otro corredor comentaba que acababa de negociar 3.000 millones de euros: "Es fácil perderse con tantos ceros", aseguraba. Fantástico. Manejan la deuda española en función de fórmulas matemáticas con muchos ceros en las que luego se pierden. Esta es la gente que gobierna a los que nos gobiernan. 

Perfectamente lógico. Es la maravilla del mundo moderno, clínicamente limpio y financiocrático. ¿Teniendo estos magníficos algoritmos matemáticos y estos buenos chicos perfectamente educados e ignorantes en casi todo, para qué necesitamos filósofos, pensadores, maestros, actores, artistas y, claro está, políticos?

Por si fuera poco, parece que han elaborado un algoritmo (porque los algoritmos se elaboran, como las pizzas, no se descubren) para identificar las fuentes de los rumores. Sí, sí, los rumores. Por favor. Supongo que se habrán divertido haciendo la pizza-algoritmo. A veces no sé qué es peor de este mundo hipertecnologizado, si nuestra creciente dependencia de aparatos esclavizantes (móvil, iPhone, tabletámenes varios) o la obsesión a compulsiva de algunas tribus científicas a algoritmizar la vida como si no hubiera (mejores) maneras de contribuir al bienestar público. Cualquier día algoritmizarán los ritmos electorales de los pueblos y ya no habrá que ir a votar; bastará con correr el algoritmo et ¡voila!, nos sale el gobierno que nos toca -¡¡yupiiii!! No es que últimamente votar sirva para mucho pero, hombre, que nos dejen la ilusión ¿no?

En fin. Dejemos las decisiones sobre nuestras vidas en manos de bancos, casas de corretaje y algoritmizadores de vario pelo, hagámonos la foto para Facebook y lancemos un Twitter, convenientemente algoritimizado, para que todo el mundo sepa quién ha sido. Aunque claro, ¿quién es el guapo que lanza bulos si se puede saber de dónde provienen? ¿Quién es la lista que planta una trampa en Internet para que caigan los incautos? Mira tú por donde, a ver si el algoritmo rumorológico al final va a servir para que volvamos a usar la lengua, el papel, el boli…y el sentido común. Ya te digo… 

domingo, 8 de julio de 2012

SUENA LA BRISA


Suena la brisa.

Se escucha el sonido de
suaves susurros sosegantes;
silencios que transportan 
metáforas de mundos a descubrir.

Sí sólo nos diéramos paciencia,
si sólo comprendiéramos
las palabras sabias del viento.
Como esos sueños
que marcan caminos
a vivir. 
A seguir.
A abandonar.

Oremos en silencio y
desautoricemos al miedo.
Escuchemos al viento
con brazos —al menos—
semiabiertos.

Algo pasará y
el mensajero de susurros
nos ungirá
de metáforas,
reveladores negativos
de la vida real.

Hay más... 
Pero otro día será.
Inshalá.








viernes, 29 de junio de 2012

Joan tiene calor

Joan mastica silenciosamente junto a la ventana. No sabe qué música suena en el pequeño restaurante vegetariano porque se le ha olvidado el iPhone verde con la app SoundHound que le chiva todas las canciones. Tuvo que salir rápido de casa y allí quedó el aparato, sobre la mesilla.
Afuera hace un calor de mil demonios, cerca de 40 grados con humedad, y el aire acondicionado hace de bálsamo; Joan no se quiere ir y mastica y mastica el sándwich de arúgula, pimientos asados, aguacate y filete de soja como si tuviera un bolo en el estómago que le impide tragar. Pero no es cierto, sólo que no quiere acabar. Sabe que ahí afuera está el infierno y no quiere saber nada de él. De vez en cuando mira de reojo al ventanal, sin mover mucho el cuello, como si tuviera un problema de cervicales, pero no es así; simplemente, no quiere moverse para que el mundo no se dé cuenta de dónde está. Por la calle pasa una mujer gorda de raza negra, hablando por el móvil, pero Joan no la oye, el sonido de fuera ahogado por al música grunge que emana de los altavoces. Se baja las gafas de sol negras que llevaba apoyadas en la cabeza y muerde el sándwich, ya queda poco. Joan mastica como si fuera lo último que fuera a hacer en la vida, como el condenado a muerte que relame el tenedor de la última cena, el último desayuno o lo último que sea. Parece absurdo relamir un trozo de latón, pero ¿quién sabe en ese momento? A lo mejor se quiere llevar el último regusto de comida a la tumba, como Joan parece querer extraer la última gota de ADN a su sándwich de aguacate y soja. No lo sabemos: nadie ha entrevistado a un ejecutado, y tampoco tengo ganas de entrevistar a Joan, especialmente ahora, que tiene los ojos tapados por esas gafas de sol tan opacas, como tienen que ser las gafas de sol.

Es guapa Joan. Delgada, fibrosa, pelo oscuro, liso, en cola de caballo. Lleva un pequeño tatuaje indescifrable en la parte trasera del hombre izquierdo. Lo sé porque se acaba de levantar. Acabó el sándwich, rebaño el plato con dos dedos. Miró a su alrededor y de reojo a la ventana. Suspiró y se levantó. Había llegado la hora, el momento fatídico. Se para ante la puerta, se ajusta las gafas de sol, se estira la braga que se le había metido en la ranurilla, se alisa la falda y sale al mundo, a la calle, al calor, al infierno. La veo dudar un segundo al pisar el asfalto medio derretido, un tenue y quizás inconsciente gesto de negación, de querer quedarse en el restaurante, bañándose en el aire acondicionado. Pero es sólo un espejismo; Joan gira a  la derecha y la veo desaparecer calle arriba, entre las gentes, entre el vaho del asfalto.




miércoles, 20 de junio de 2012

Happy Birthday

Ayer cumpleaños. Bonito día. La mayor parte, trabajando en unas
traducciones pegajosas que se adhieren a los dedos y hasta la piel.
Deseaba a cada momento escapar corriendo, como cuando eres crío y
quieres acabar la tarea de la escuela a toda leche para salir a la
calle a jugar, pero no podía. Las obligaciones de la adultez. No valen
cumpleaños. Pero fue un día chulo. Hablé con mi gente querida y recibi
mensajes de otras gentes queridas. Comí tailandesa leyendo el New York
Times, un placer que no creo sustituyan los iPads. Trabajé más y me
tumbé en la yerba al atardecer. Miré al cielo, escribí en mi diario
con serenidad y gratitud. Me reuní con buenos amigos que me trataron
como familia. Recibí el regalo más maravilloso, que es cariño. Comí,
bebí y reí. Miré un partido de fútbol en la tele con colegas y una
cerveza, y despedí la jornada 19 del 6 de 2012 en el ático de una casa
de muñecas rodeado de silencio. Hubo algún moscardón, pero no le dejo
pasar. Hermoso día. Queda escrito.

viernes, 8 de junio de 2012

Nueva Jersey

Retomando mi periplo usa, me encuentro a las orillas del río Hudson,
Hoboken, desde donde se ve con claridad el perfil de Manhattan y la
nueva antorcha que se eleva donde antes enraizaron las Torres Gemelas.
Hermoso edificio el que se construye. Sienta bien recordar, retomar la
energía de Nueva York. Qué cierto es que cada lugar, por pequeño o
grande que sea tiene su propia energía. Aunque, como el perfume, la
energía que nos llega viene mezclada con nuestro propio aroma/energía
corporal, por lo que cada persona percibimos un aroma ligeramente
distinto.

Me gustaría algún día poner todas estas reflexiones y vivencias en un
compendio. Quizás sea el libro ese que se supone todos tenemos que
escribir.

domingo, 6 de mayo de 2012

How sweet it is to be loved by you...

Bis de James Taylor en el concierto del Euskalduna de hoy domingo, 6 de mayo. Hermoso concierto. Hace 22 años que conozco la música de JT y verlo en vivo ha sido inspirador. Recuerdos preciosos y futuros apasionantes, entre medias presentes ansiosos. Un crak, JT que se ha quedado al final a firmar autógrafos a cientos de personas que le han "asaltado" educadamente desde el borde el escenario. Y él, en vez de irse, se ha puesto de rodillas y se ha puesto a dar la mano y a firmar. Concierto para recordar. Me quedo con su firma en la entrada, y eso que no soy mitómano. Emocionante.

viernes, 4 de mayo de 2012

Lampedusa está sola (I)

Lampedusa se siente sola tras el vidrio de su cocina. También se sienta sola cuando sale a la plaza del pueblo a dar un paseo; hay gente pero apenas la miran. "Es que es Lampedusa", susurran las comadres que huelen a sobaquillo, y ya se sabe que en este pueblo, nadie puede tener nombre de isla italiana. Tampoco es que sepan que se trata de una isla italiana, pero les da igual. Pero no es solo la gente de la aldea, Lampedusa está sola cuando duerme, en la cama y en sus sueños. Hace tiempo que decidió tomarse un vaso de agua con azúcar para reactivar su río onírico (o sea, el flujo de los sueños, como diría Marc van Hasselt, un compositor holandés del siglo XVIII que hizo sus primeros pinitos con la guitarra). Pero el agua con azúcar no hizo nada. A la mujer se le acaban los recursos para no sentirse sola. No quiere empezar a beber porque conoce las consecuencias del alcoholismo, pero estuvo a punto varias veces. Le duele sentirse sola. Es un dolor casi físico centrado en el medio del cuerpo, entre el corazón y el estómago, una zozobra psíquica tan intensa y profunda que nunca antes la había constatado hasta que se vino a vivir a aquella ciudad. La gente era dicharachera y parecía alegre; los dientes eran blancos y las sonrisas perfectas pero cuando se acercaba a una persona nativa, Lampedusa notaba frío, distancia, miedo. Trató durante bastante tiempo de adaptarse, imitar a la población autóctona, incluso cambiarse de peinado. Pero nada funcionaba.

viernes, 27 de abril de 2012

TWITTERIZACIÓN PSOCIAL

Ahora en casa, escribiendo este peazo mensaje para compartir mi enorme y profunda satisfacción ante el fenómeno twitter.

Ahora siete segundos más tarde, volviendo a escribir una frase de pocas palabras para no pasarme de tuit.

Ahora ocho segundos más tarde, dando a conocer a mis fieles dos seguidores que estoy escribiendo una inanez ante mi PC...

Ahora....

Erflexión: Que entre balidos de ovejas, rebuznos de burros, mugidos de
toro alcohólico, barritos de elefente riflerizado y píos de pájarillo
hiperaburrido (o solitabundo) no doy a fasto. Nfin. Menos mal que vivo
rodeado de gente con un sentido del humor sobrenatural y me lo paso
bien...¡¡¡Carlitos!!! Snif.

ta otra.

miércoles, 18 de enero de 2012

ROLL CALL

Finalmente me ha llegado el DVD de la anteúltima peli que he hecho en
Hollywood, Roll Call. Esta es la peli a la que hago referencia en los
relatos de Crónicas Angelinas de Ficción http://unvascoenhollywood.blogspot.com/2009/11/cronicas-angelinas-de-ficcion-ii.html. Tiene buena pinta, por lo menos me he reido en la secuencia inicial. Ahí os adjunto un pequeño clip de la misma. Si queréis la peli me lo decís y puedo hacer la gestión para verla entera.